miércoles, 15 de agosto de 2012

Día 1: Un mensaje de apoyo

Estimado Andrés:

Hola, como estás. Te cuento que ayer estuve cerca de tu casa amiguito, ¡sí, muy cerquita! Por más que te llamamos la respuesta siempre fue la misma, lástima que justo te haya tocado un turno feriado... La verdad es que te echamos de menos. Para pasar las penas, me vi obligado a beber Alto del Carmen 40º añejado, con su respectiva bebida cola y 3 hielos (normalmente tomo con 2, pero el tercero representaba al amigo ausente).

Estuvo fome, no nos reímos nada... salvo con lo de las expectativas de vida de la Javi, eso estuvo bien chistoso... ah, y lo de los penes, eso también... las canciones, divertida esa parte... y el juglar, eso también me causó gracia... las historias del viernes, no me acordaba de nada, wenas wenas... Victor tomándose un copete, inédito... lo de las amigas con notas, fue notable también... pero aparte de eso, fome fome fome... 

En un arranque de amargura y meditación, decidí separarme del grupo. Faltaba ese qué se yo, ese no sé qué, ese puta el weon. Miraba al cielo y pensaba "¿Estará durmiendo porque tiene turno mañana?". No podía quedarme ahí parado, pensando sin hacer nada

- "Lápiz y papel!" - exclamé - Necesito escribirle unas palabras de apoyo a mi amigo Andrés. Él, que siempre sabía cuando yo tenía turno; él, que siempre me envió una palabra de aliento mientras yo ingresaba u operaba a las 2 de la mañana; él, que mientras carreteaba se acordaba de mí; él, mi amigo fiel...

Me pasaron plumón y papel. Como el plumón era grueso, el mensaje fue más cortito...







Espero hayas leído este mensajito de apoyo...

Después de eso me fui a mi casa. Decidí caminar. El puerto estaba feo, lleno de gente, lleno de flaites. Uno ni siquiera podía sacar el celular para tomar una foto a tan linda noche...


Aunque la verdad, la noche no era tan linda. Todo sombrío, la arena solitaria, suave, tímida, encantadora, el mar calmo, como en Sucupira cuando venía la mujer del mar, el reflejo de las luces y la luna en las aguas del Pacífico. A lo lejos, vestigios de guerras antiguas, cañones ya jubilados. Una suave llovizna que refrescaba la cara y el alma. No te perdiste de nada.



Tan mala noche, que hoy tuve que desahogarme. Decidí ir con mi familia, mis tíos, mis primos, mis sobrinos, y disfrutar aunque sea un rato. Hacía frío, mucho frío. Estaba más helado que pescador de comercial de Tapsin. Y sin nada que comer, mucho peor...



Y era en esos momentos cuando pensaba: "Cómo estará mi querido amigo Andrés, disfrutando de un turno cálido y troglodita, salvando vidas, sonando mocos... cómo estará mi querido amigo Andrés..."

¿Cómo estuvo el turno, Andrés ql?

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